Usemos o no buenos productos cosméticos y tengamos o no una buena genética, el paso de los años es algo contra lo que no podemos luchar. Y es que si bien cumplir años es señal de que seguimos dando guerra, lo cierto es que cada año que sumamos a nuestra vida se traduce (en mayor o menos medida) en unas arrugas de expresión más marcadas, en una piel menos elástica y radiante y en la aparición de las molestas y antiestéticas bolsas que aparecen en la zona del párpado inferior de nuestros ojos.
Además de ser bastante incómodas para el paciente que las sufre, las llamadas bolsas en los ojos son un problema estético al que difícilmente se puede dar solución con un tratamiento cosmético. Si bien el maquillaje y las ampollas flash pueden aportar algo de luz al problema (disimulando las bolsas de algún modo y de forma temporal), hay que puntualizar que dichas bolsas no desaparecen como tal. ¿Cuál es la mejor forma para eliminar las bolsas en los ojos? Sin duda optando por la técnica de la blefaroplastia.
Popular entre el conjunto de cirugías de estética, podríamos definir la blefaroplastia como una operación en los párpados inferiores y superiores (técnicamente llamada operación palpebral) cuyo fin es corregir las bolsas y ese antiestético exceso de piel que, a medida que cumplimos años, se va acumulando en la zona de los párpados.
Una cirugía efectiva y muy avanzada, en lo que a técnicas se refiere, que se traduce en unos resultados totalmente satisfactorios para el paciente. Sí, sin duda una forma precisa de decir adiós de golpe y plumazo a las bolsas en los ojos.
Una técnica que va más allá de la estética
Aunque son muchos los casos en los que se opta por una blefaroplastia por una cuestión puramente estética, lo cierto es que hablar de las bolas en los ojos de algo “molesto” que puede derivar en otros problemas para la persona que las sufre.
Ya sea por la edad o por sufrir determinadas patologías (sobre todo las de tipo cardíaco o renal), las bolsas en los ojos se producen cuando se mezcla la pérdida de elasticidad de los músculos del párpado con una acumulación de líquido y/o de grasa (la conocida como grasa orbitaria). El resultado de sumar todos estos factores es un rostro más envejecido con una evidente apariencia de cansancio y, en algunos casos, una pérdida en la visión periférica del paciente.
Una vez que el cirujano plástico habla con el paciente, estudia su caso concreto y se decide por aplicar la técnica de la blefaroplastia (un proceso que seguimos a rajatabla en la Unidad de Estética y Salud del Centro Policlínico Quirúrgico de Mallorca), el proceso se centraría en una intervención cuyo fin es rejuvenecer los párpados del paciente para conseguir una mirada mucho más radiante y un rostro, en general, más joven.
Deja una respuesta